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De un proceso natural a una pesadilla: cómo afrontan las mujeres y niñas de Gaza su menstruación en una zona de guerra
- 02 Junio 2025
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FRANJA DE GAZA, Territorio Palestino Ocupado – «A veces necesito toallas menstruales y jabón más que comida», afirma Aisha*, una joven desplazada de Gaza, revelando una grave carga que a menudo se pasa por alto en situaciones de crisis: la salud menstrual.
Desde el 2 de marzo de 2025, Israel ha impuesto un bloqueo total de la ayuda a Gaza, lo que ha provocado el agotamiento total de los suministros de higiene, incluidas las toallas sanitarias para la salud menstrual. Casi el 90% de las infraestructuras de agua y saneamiento de Gaza han sido destruidas o parcialmente dañadas y el combustible para el bombeo y la distribución de agua se ha agotado.
Nueve de cada diez hogares se enfrentan a una grave escasez de agua, por lo que las mujeres y las niñas se ven obligadas a manejar sus períodos sin agua limpia, jabón, suministros… ni privacidad. Muchas describen ahora la menstruación como una fuente de ansiedad y aislamiento.
«Me vino el período mientras estaba en un refugio abarrotado. Solo tenía una toalla menstrual, así que la envolví con papel higiénico para que durara más», cuenta una joven de Gaza. «No podía lavarme y el dolor era horrible. Me senté en silencio llorando hasta que se hizo de noche».
Hay alrededor de 700.000 mujeres y niñas que menstrúan en Gaza, entre ellas miles que están experimentando su primer período bajo bombardeos y en campamentos de desplazados sucios y abarrotados, sin posibilidad de cambiarse en privado.
Sin privacidad, toallas menstruales ni protección
Una médica de Gaza declaró al UNFPA, la agencia de las Naciones Unidas para la salud sexual y reproductiva:
«Cada día soy testigo de cómo las mujeres luchan contra la menstruación, el embarazo y el parto en condiciones degradantes. Como mujer, siento un gran dolor. Deberían ser experiencias naturales, no una fuente de angustia y dolor».
«Veo fuerza en los ojos de las mujeres, pero también veo un profundo dolor y la pérdida de dignidad», continuó la médica, que deseaba permanecer en el anonimato por razones de seguridad. «En situaciones de emergencia, las mujeres y las niñas se encuentran entre las personas más vulnerables. Sé muy bien lo que significa tener la menstruación sin acceso a toallas sanitarias».
En Gaza se necesitan más de 10 millones de toallas sanitarias al mes, pero solo hay disponibles menos de una cuarta parte de esa cantidad. Muchas mujeres y niñas se ven obligadas a utilizar ropa vieja, telas rasgadas o esponjas, que a menudo reutilizan sin lavarlas adecuadamente.
«Rompí mi única camisa en pedazos para que mis hijas pudieran utilizarlos en lugar de toallas menstruales», afirmó un padre de cuatro hijas desplazado desde Jabalia, en el norte de Gaza.
Estas soluciones improvisadas no solo son dolorosas e indignas, sino que pueden causar infecciones reproductivas, de transmisión sexual y del tracto urinario que pueden dar lugar a complicaciones ginecológicas a largo plazo. Se prevé que miles de mujeres en Gaza padezcan estas afecciones, muchas de ellas sin recibir tratamiento debido al colapso del sistema sanitario.
En los refugios superpoblados, la privacidad es casi inexistente. «No hay intimidad. Espero mi turno en el baño durante horas solo para cambiarme o bañarme», declaró una niña. Otra simplemente añadió: «Uso trozos de ropa en lugar de toallas menstruales... y ahora tengo una infección».
El impacto psicológico es igual de grave. Las mujeres y niñas hablan de una profunda vergüenza, miedo a las pérdidas y ansiedad constante. Una adolescente expresó la profunda frustración e impotencia que sienten muchas de ellas: «Cada vez que me viene el período, desearía no ser una niña».
Garantizar la salud menstrual
El UNFPA ha permanecido en primera línea de la respuesta en Gaza y, como organismo codirector de la coordinación de la protección contra la violencia de género, trabaja para garantizar que la salud menstrual se integre plenamente en toda la asistencia humanitaria en Gaza.
Desde octubre de 2023, más de 300.000 mujeres y niñas recibieron un suministro de dos meses de toallas menstruales desechables y más de 12.000 nuevas madres recibieron kits de posparto, lo que les ayudó a superar el período más vulnerable tras dar a luz.
El UNFPA también distribuyó suministros de higiene menstrual, junto con ayuda en efectivo y mediante vales, para ayudar a más de 150.000 mujeres y niñas a satisfacer sus necesidades básicas de higiene. Gracias a este apoyo flexible, las mujeres desplazadas pudieron comprar lo que más necesitaban, desde toallas menstruales y jabón hasta ropa interior y toallas.
Además, se han distribuido más de 6.200 kits para adolescentes en toda Gaza que contienen artículos de higiene, materiales educativos y artículos como silbatos y linternas. El UNFPA ha prestado apoyo a 16 espacios seguros para mujeres y niñas, que han proporcionado servicios esenciales a más de 175.000 personas mediante la prevención de la violencia de género, el apoyo psicosocial, la mitigación de riesgos y la sensibilización sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Por último, también se han desplegado seis unidades móviles de maternidad para apoyar a los centros de salud con suministros vitales, incluidos tratamientos para infecciones urinarias y del tracto reproductivo.
«La comida nos mantiene con vida, pero las toallas menstruales, el jabón y la privacidad nos permiten vivir con dignidad», afirma Maysa*, una mujer desplazada en Khan Younis. «Cuando recibimos kits de higiene, sentimos que por fin alguien nos ve. No solo protegen nuestra salud, también protegen nuestra dignidad».
* Se han cambiado los nombres por motivos de privacidad y protección